"Necesito que me transporte el acto de traer al mundo la película y, cuando lo consigo, creo que la pantalla se impregna de ese sentimiento y que el público, a su vez, también va a sentirlo.
No obstante, para lograrlo, creo que tienen que abordar cada película como si fuera la primera. Trata de no ceder a la rutina y nunca dejes de explorar y evolucionar. Con la experiencia, resulta muy fácil recurrir a viejos hábitos o, sencillamente, cambiar de objetivos para crear una nueva dinámica. Pero,realmente, hay que evitar hacer eso. Por ejemplo, siempre me niego a filmar una escena desde diversos ángulos. Elijo una única manera de rodar y me mantengo fiel a ella, incluso si supone un auténtico dolor de cabeza durante el montaje. Supone un desafío continuo, pero me obliga a pensar las decisiones que tomo en el plató y no dudo en llevar cada idea hasta su conclusión. Hay veces en que podría darme por satisfecho con la tercera toma de un plano, pero me obligo a explorar más, a entrar en el corazón, en el auténtico meollo de la escena"
(Emir Kusturica)

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